Si hay algo que nos recuerda a los años 90 fue el lanzamiento y esplendor de la consola portátil más querida por todos nosotros: la Game Boy. Con ella apareció un amplio mercado de venta de cartuchos piratas en nuestros queridos videoclubes, tiendas, bazares y lugares menos respetuosos.
La cantidad de cartuchos fue aumentando a lo largo de la década, hasta que entrando en el siglo XXI, el control férreo de la policía y las consiguientes multas hizo que fueran desapareciendo paulatinamente y su venta fuera más clandestina, hasta evolucionar a los modernos cartuchos con memorias de las actuales Nintendo DS o PSP.
¿Cómo eran? ¿Cuáles eran sus variantes? Y lo más importante, ¿cómo leches puedo tener tantos cartuchos piratas en mi querida colección de Game Boy y por qué no me deshago de ellos?
Tranquilos, todas vuestras preguntas serán contestadas. Ahora encended la videocámara y grabad el experimento. Centrémonos en las variantes que nacieron por aquella época, ya que encontraremos cartuchos muy diferentes entre sí:
Juego pirata
Aunque os parezca mentira, lo que tenéis a la derecha es un juego pirata
Es muy simple. Nuestro vendedor, barra, mafioso, hijo de su madre (ponga cualquier expresión malsonante), nos vendía un juego por el mismo precio que uno original. Pero poco después descubriríamos que se trataba de una copia pirata. Las formas de descubrirlo son las siguientes:
- No hay logo de Nintendo / Game Boy
- Nuestro cartucho al cabo de unos años deja de funcionar (bien si salva partidas deja de salvarlas o como mi pobre Super Mario Land 2, muere).
- Alguna diferencia con el original (véase color del cartucho, mala impresión de la etiqueta o caja… hay veces que es difícil de distinguir entre el original y la copia).
- Juegos de “importación”: Hace años, antes de que saliera el Pokémon Oro y Plata, por nuestra zona ya lo podíamos tener en nuestra tienda de videoclub favorita. Eso sí, el color negro del cartucho y la mala impresión delataba que su origen no era de fiar.
Juego múltiples
Si hay una gran verdad es que por aquellos años teníamos que administrar el dinero para juegos a cuentagotas. Por eso, los piratas crearon cartuchos que contenían más de un juegos. Lo que de toda la vida de Dios ha sido el 2x1 pero a escala “piratinal”. Veamos las distintas variantes:
- Cartuchos 100 en 1
El fraude total y el anarquismo. El cartucho solía contener tres o cuatro juegos que merecían la pena, y luego se rellenaban con 4 que SIEMPRE eran los mismos. Da igual el cartucho que tuviéramos (hablamos del Super Mario Land, Alleway, Lode Runner, Motorbike, y si tenías suerte, el Tennis). Y preguntaréis, ¿dónde están los otros 82 juegos? Pues eran los mismos repetidos una y otra vez con distintos nombres (Super Mario Land = Mario Handler, Motorbike = Bike, Lode Runner = Loder Chaser, etc.). Eran los más baratos y a la vez los más frustrantes, ya que no hay nada más doloroso para un niño que la mentira.
- Cartuchos 8 en 1 o derivados
Los cartuchos más decentes dentro de la indecencia de los cartuchos múltiples. Estos cartuchos tenían una cantidad de juegos más pequeña que los de 100 en 1, y los títulos solían aparecer en la carátula o en la parte trasera de la caja. Solían ser los mejores ya que aunque te ofrecían pocos juegos, tenían más variedad y solían ser ocho juegos realmente interesantes.
Con la llegada de la Game Boy Color los juegos piratas fueron evolucionando, trayendo los juegos piratas en color. El problema es que la mayoría de los títulos que incluían eran de la Game Boy monocromática, así que dolor, color poco.
Sí, solo un juego de la Game Boy Color y en inglés
Podríamos hablar de la evolución a la Game Boy Advance, o cómo nos engañaban con carátulas de juegos que luego no estaban (véase Wario Land). O con imágenes atractivas de moda como Dragon Ball Z o derivados para captar nuestra atención y comprar el cartucho. O de cómo algunos contenían juegos piratas de Mario… Pero amigos, esa es otra historia.
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