Los juegos de Zelda para CD-i

Ya se que dije que no iba a trabajar en el blog hasta domingo pero encontre un hueco entre los estudios.

La saga de Zelda es, sin duda, una de las mejores de la historia de los videojuegos. De hecho, para este servidor, es directamente la mejor, a muy poca distancia, eso sí, de “Monkey Island”.
Todos conocemos juegazos como “Ocarina of Time” o “Twilight Princess”. Pero ¿que pasa con los juegos más desconocidos de la saga? Juegos bastardos, no reconocidos por la propia Nintendo, que rebajaron su calidad hasta límites insospechados.
Estoy hablando, por supuesto, de las entregas de Zelda que salieron a la venta para la consola CD-i de Philips. Dichas entregas se debieron a un acuerdo entre Nintendo y la propia Philips, que autorizaba a la empresa a desarrollar juegos para su soporte utilizando el nombre y la marca de personajes tan conocido de Nintendo como Mario o Zelda. Una decisión que Nintendo tuvo ocasión de lamentar, debido a los extraños experimentos a los que dio lugar dicha concesión.
En total fueron tres juegos de la franquicia Zelda los que vieron la luz en la extraña máquina de Philips. ¿Que si realmente eran tan malos? La respuesta corta es: sí, mucho.
Para la respuesta larga, veamos en que consistía cada uno de los títulos.



Link: The Faces of Evil


Desarrollado por Animation Magic, y lanzado en octubre de 1993, al mismo tiempo que “Zelda: The Wand of Gamelon”, el juego es un simple y vulgar plataformas.
Pues bien, ya hemos hablado en el pasado del formato CD-i, del cual una de sus pocas ventajas era su gran capacidad. Por ello, en Philips decidieron emplear el gran espacio disponible para incluir secuencias cinemáticas en los juegos, realizadas en este caso con dibujos animados. Maldita la hora en que tomaron tal decisión, a la vista de los resultados obtenidos.
El desarrollo del juego es el de un plataformas bidimensional con scroll lateral, al estilo de “Zelda II: The Adventure of Link”, pero mucho peor, claro está.
Básicamente, elegimos el nivel en un mapa general y debemos recorrerlo de principio a fin, derrotando a los enemigos que encontremos por el camino.
A pesar de todo, los gráficos del juego no estaban mal del todo, sobre todo teniendo en cuenta la época en que salió. Sin embargo, el control del juego era tan malo como su argumento, y la pobreza de las animaciones de los enemigos no ayudaba a mejorar el conjunto, por lo que este título es considerado el peor de las tres entregas de la saga para la máquina de Philips, lo cual es decir mucho.

La historia comienza Link, aburrido por la falta de acción existente en Hyrule desde la derrota de Ganon. Sin embargo, su malvado archienemigo se encuentra sembrando el terror en la lejana isla de Koridai. Link recibirá el aviso de dichos eventos de parte del mago Gwonam, que llega montado en una alfombra voladora.
Y por supuesto, como no podía ser de otra forma, solo Link puede salvar la situación, por lo que volará junto a Gwonam hacia la isla de Koridai. Allí, con la ayuda del libro de Koridai, Link derrotará a los secuaces de Ganon, en una isla llena de grotescas estatuas de piedra, que son las que dan nombre al juego.
Tras limpiar la isla de enemigos, Link se entera de que Ganon ha secuestrado a la princesa Zelda, por lo que deberá acudir a su rescate. Esto nos llevará a una apasionante batalla final, y la derrota de Ganon tras arrojarle el libro de Koridai. Épico final, sin duda.
Para abrir boca, Os dejo con la intro del juego:

Y, para los que tengáis ganas de ver el desarrollo del mismo, aquí os muestro la “apasionante” batalla final:

Zelda: Wand of Gamelon

Este título fue lanzado simultáneamente a la entrega anterior, cosa bastante extraña, y que delataba las prisas de Philips por explotar la licencia que Nintendo había cometido el error de concederles, antes de que la gente se diera cuenta de que ambos juegos eran auténticas bazofias.
Este segundo juego fue desarrollado también por Animation Magic, por lo que es muy similar en aspecto y desarrollo a “Link: The Faces of Evil”.
La historia comienza cuando al Rey de Hyrule le llega la noticia de que las fuerzas del mal comandadas por un pluriempleado Ganon están atacando el reino de Gamelon, al que deberá viajar. El Rey da orden a Zelda de que envíe a Link si no regresa en un mes.
Tras transcurrir el mes marcado, y sin noticias del Rey, Link sale en su búsqueda, pero tampoco regresará, por lo que al final será Zelda quien tenga que salir de Hyrule para descubrir que ha sido de Link y de su padre.

Toda la historia se narra, como no podía ser de otra forma, a través de secuencias animadas. Como ya vimos en el juego anterior, el dibujo de las secuencias era malo. La animación, nefasta. Y el doblaje… bueno, teniendo en cuenta la ínfima calidad de los elementos anteriores, digamos que el doblaje simplemente no llamaba la atención.
No voy a entrar en la discusión de que Link, como regla general, nunca habla, para que el jugador se meta más en su papel. Lo que me molesta no es solo que Link hable (para no decir más que tonterías, por otra parte) sino el conjunto de los vídeos en general. Pero, si no os basta con mi palabra, aquí os dejo la intro del juego. Juzgad vosotros mismos:

Y tampoco os perdáis la emocionante batalla final, tras la cual veremos el vídeo con el que acaba el juego:

Zelda’s Adventure

La tercera y última entrega de esta rama bastarda de la saga “The Legend of Zelda” salió a la venta un año después que las dos anteriores. En ella, encarnaremos de nuevo a la princesa Zelda en una nueva misión.
El juego fue creado por Viridis, una compañía diferente a Animation Magic, responsable de las dos entregas anteriores. Esta vez, los responsables del mismo debieron pensar que ya se había torturado demasiado a los jugadores con las ridículas escenas animadas de los juegos anteriores, por lo decidieron que lo mejor sería utilizar a actores de carne y hueso como intérpretes de dichas secuencias de vídeo.
La historia transcurre en la región de Tolemac, una zona ignota al sureste del reino de Hyrule. Dicha región se encuentra inmersa en una era de oscuridad. Ganon ha secuestrado a Link y, una vez más, será la princesa la encargada de adoptar el rol protagonista y rescatarlo. Para ello, según le informa el astronomo Gaspra, tendrá que recolectar los siete signos celestiales, contenidos en siete catacumbas de Tolemac, antes de poder enfrentarse a Ganon y devolver la luz al reino.

En este juego se abandona la perspectiva lateral de las dos entregas anteriores para volver a la vista cenital clásica de los juegos de Zelda. Por ello, esta tercera entrega es quizá la más fiel a la saga original, ya que la misión de recolectar objetos (en este caso signos celestiales) recuerda a la de juegos anteriores. Durante la aventura podremos visitar ciudades, hablar con los habitantes para obtener pistas, y superar diversas mazmorras, que afrontaremos equipados con diversas espadas, escudos y armaduras.
Por destacar algún aspecto del juego, la calidad de las texturas eran notable, aunque dotaban al juego quizá de un aspecto demasiado fotorrealista, lo cual, unido a las secuencias de vídeo con actores reales intercaladas, resultaba bastante chocante. Además, al igual que las entregas anteriores, el juego pecaba de un framerate bastante escaso, lo cual daba lugar a unas animaciones pobres y poco trabajadas.
Os dejo con la intro del juego, para que os hagáis una idea del mismo:

Y, para completar el repaso, esta es la la batalla final de “Zelda’s Adventure”:

Impresionante, ¿verdad? Sin duda, todas estas entregas de Zelda deberían ser enterradas en algún lugar del desierto, junto con el videojuego de E.T., y no volver a mencionarse jamás. Claro que, entonces, ¿de que hablaríamos en páginas como esta?.

via: ionlitio

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