Recordando el antedicho ejemplo del espíritu de Marowak que rondaba por la Torre Pokémon de Ciudad Lavanda, tenemos asegurado que al morir, un Pokémon puede elegir otro camino que no sea el Paraíso. Estos fantasmas amorfos (suponiendo que no sólo ese Marowak pueda) pudieron haber sido el resultado de Pokémon que decidieron o tuvieron que quedarse en el mundo terrenal con asuntos pendientes (el del juego quería proteger al Señor Fuji). Este espíritu, a su vez, puede llegar a mutar para seguir en el mundo como Pokémon fantasma, pudiendo llegar a convertirse en Gastly, Misdreavus, etcétera, más que nada por el parecido que tienen estos últimos con hitodamas, las representaciones japonesas del alma. Estos nuevos Pokémon, ahora fantasmas (¿reencarnaciones?), seguramente olvidan todos los recuerdos que tuvieron en su vida mientras estuvieron vivos.
Otro punto a favor para esta teoría, es que al ver las estadísticas de un Pokémon espíritu, el sprite del espíritu cambiaba al de un Gastly o un Haunter.
Un importante punto a destacar es que los Pokémon fantasma no sólo nacerían de otro Pokémon al fallecer. Tal es el caso de Yamask:
Otro caso es el de Drifloon, un Pokémon supuestamente formado por almas de humanos y de Pokémon:
Dusknoir es otro Pokémon interesante de este mismo tipo:
Se ignora por completo si los Pokémon pertenecientes a este tipo tienen esperanza de vida limitada, pero lo más probable, al tratarse de casi sólo escencias, es que no.
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